El Carlino es una raza de perro cuya función zootécnica es dar amor y hacer compañía. De hecho, la Federación Cinológica Internacional (FCI) lo tiene enmarcado dentro del grupo 9, «Perros de Compañía». Asimismo, el American Kennel Club (AKC), el Canadian Kennel Club (CKC) y el Kennel Club Ingles (KC) lo enmarcan dentro del grupo de «Perros Toy».

Según su estándar racial de la FCI, su carácter se describe de la siguiente manera: «gran encanto, dignidad e inteligencia. Equilibrado, alegre y vivaz». Esta descripción del estándar es acertada, pero es muy escueta, ya que nuestro gran amigo significa mucho y es mucho más en nuestras vidas. Por eso, en este breve escrito trataré de describir cómo es y cómo se comporta nuestro chato en el día a día.

El Carlino es una raza canina de temperamento templado, alegre y vivaz, que se muestra con mucha dignidad y cuya meta es dar y recibir cariño. Ésta, sin ninguna duda, es su especialidad.

Les encanta jugar, exhibiendo en todo momento muy buen humor, no suelen ser tensos ni nerviosos, sin embargo, en ocasiones pueden llegar a ser tercos, voluntariosos, seguros de si mismos, debemos apuntar que la timidez y la agresividad con personas u otros perros es inusual e inaceptable.

Por su tamaño, morfología y carácter, son ideales para la convivencia en viviendas que no sean muy grandes, ya que al ser perros muy compactos y como sus exigencias de actividad física no son elevadas, sólo debemos tener en cuenta proporcionarle los paseos diarios a horas en las que el sol no esté en lo más alto y procurar disfrutar al máximo de nuestro pequeño gran compañero. Un Carlino, el compañero perfecto, ya dos, ni te cuento.

 

Artículo escrito por Rafael Fresmel (Glen Nevis) para la revista "El Mundo del Perro", n°357