Muchos artistas han incluido al pequeño y encantador Pug en sus cuadros y, gracias a ellos, contamos con un buen indicador de los ejemplares en cada época. Goya retrató algunos hermosos ejemplares de esta raza, y a partir de ellos podemos decir que su calidad era alta en España.

William Hogarth (1697-1764) era propietario de un Pug. Su Autorretrato es muy conocido y muestra al artista con su perro. También incluyó a Pug en otros retratos y cuadros de familia.

Reingale es otro artista conocido por pintar animales y que retrató al encantador Pug en sus obras. Muchos libros antiguos de perros incluyen grabados de esta adorable raza, aunque no todos ellos han sido apreciados por los aficionados al Pug. Aunque existen otros muchos retratos dignos de mención, Blonde and Brunette, pintado por Charles Burton Barber en 1879, es uno de mis favoritos y muestra a una joven dama absorta en su libro mientas su Pug descansa cómodamente apoyado sobre su brazo.

La porcelana de Meissen, o la de Dresde, es también famosa por sus figuras de Pug. Los perros tienen unas poses maravillosas y reales, como por ejemplo rascándose o unos cachorros mamando de su madre. Ciertamente, el Pug debe encontrarse entre las razas más populares plasmadas en porcelana y en otros objetos coleccionables. La mayoría de los del siglo XVIII alcanzan precios muy altos e incluso los del siglo XIX son cada vez más escasos. A veces se ven piezas de porcelana en las que los Pug tienen las orejas cortadas y muchos llevan campanillas en sus collares, lo que hace que resulten todavía más encantadores.

Por otro lado, el Pug aparece en cajitas de rapé, recipientes para el tabaco y en pisapapeles, además de en topes de puertas. De una forma un tanto diferente, el Pug también fue retratado por los francmasones alemanes. La imagen del Pug fue utilizada como símbolo de testarudez cuando el Papa excomulgó a los francmasones en 1736.

Si desea saber más sobre el Pug recomendamos la publicación de la editorial Hispano Europea Pug Serie Excellence