Esta etapa dura aproximadamente 63 días (2 meses). Durante el primer mes apenas se le notará nada. Es en el segundo cuando experimenta una serie de cambios, le empieza a crecer la barriguita y las mamas, puede tener más hambre o mas sed de lo habitual, también puede orinar más veces, etc,...

El veterinario deberá ir controlándola con ecografías y en las dos últimas semanas un radiografía. Así se podrá saber cuántos cachorros vienen, si están bien colocados y si la carlina precisa de una cesárea.

 

Ante todo deberemos tenerle preparado con antelación, un sitio en el que pueda parir nuestra carlina. Este sitio estará en un lugar poco transitado y tranquilo de la casa, y deberá tener una camita o cajita llena de trapos o ropa viejos, mantas, periódicos, etc,... También deberemos tener preparadas toallas para secar a los cachorros y el número del veterinario de urgencias.

Cuando llegue el momento lo sabremos porque nuestra carlina estará muy nerviosa e inquieta, intentará rascar como si estuviera excavando, y jadeará más de la cuenta. 

Ya están aquiiiii los bebés. Siempre con unos guantes (si no los utilizamos se le pueden infectar los genitales) ayudaremos a nuestra carlina a que saque los cachorros, ayudados de las contracciones y “nunca” tirando del cachorro. 

El cachorro sale envuelto en la bolsa amniótica. En otras razas las hembras se comen la bolsa y el cordón y lamer al cachorro para estimularlo. Pero al ser las carlinas un tanto especiales es aquí donde volveremos a actuar. Le quitaremos al cachorro la bolsa y lo limpiaremos con la toalla, le anudaremos o ataremos y posteriormente cortaremos el cordón umbilical a unos 3cm. y masajearemos al pequeño por la parte del lomo para estimularlo. 

Ya tenemos un cachorro, pero ¿por qué no sale el siguiente? Esto es debido a que pueden tardar de 2 a 3 horas entre un cachorro y otro.

Cuando ya hayan nacido todos, tendremos que tenerlos constantemente en vigilancia (las primeras 48 horas son críticas), ya que la madre los podría aplastar al pisarlos o al echarse encima de ellos. Se puede comprar un cajón llamado cajón de parto exclusivamente para evitar ésto, ya que tiene una protección lateral de unos 10 a 20 cm. También les colocaremos una manta eléctrica o lámpara de infrarrojos, ya que los primeros 20 días podrían morir de hipotermia. 

Si durante el parto vemos que algo falla, que algo va mal, o simplemente estamos asustados, nerviosos y no sabemos qué hacer, llamaremos inmediatamente al veterinario, ya que si los cachorros no pueden salir de forma natural debe realizarse una cesárea. 

Terminamos este texto no sin antes repetir que aunque unos cachorritos recién nacidos llaman la atención, son seres vivos y muy delicados que necesitan unos cuidados específicos. Antes de decidirte a tenerlos piénsatelo bien, prepárate adecuadamente y asegúrate que tanto tú como las personas de tu entorno tenéis todo ese tiempo que tu carlina y sus cachorritos necesitarán.

Escrito por Jessica Pérez Guerrero (jess)